El cuidador profesional es aquel que presta cuidados en una institución pública o entidad, con y sin ánimo de lucro, o también como un profesional que presta servicios a personas en situación de dependencia, ya sean en su hogar o en un centro. Si bien es cierto que se percibe de manera distinta al cuidador que trabaja en un entorno residencial que aquel que desempeña sus labores en un entorno domiciliario, ambos trabajos ya sean familiares o profesionales, tienen mucho en común, pues ambos poseen una serie de cualidades que se recogen en el decálogo del buen cuidador, que os compartimos hoy.
Vocación
Esta es una labor totalmente vocacional, pues todo cuidador, profesional o no, le debe gustar dedicar parte de su tiempo a cuidar de los demás. Además, este trabajo es muy estresante, por lo que para un cuidador profesional y vocacional, la mayor de las recompensas es la sonrisa de la personas que cuidad.
Empatía
El buen cuidador debe aprender a situarse, a conocer bien el lugar de quien está en siendo cuidado, intentar sentirse como esa persona, algo que solo se consigue aplicando la mayor de las empatías. El buen cuidador se ríe con la persona que cuida en los momentos buenos e intenta comprenderla en los malos.
Previsión
Hay que ser muy metódico a la hora de cuidar a personas dependientes: hay que conocer bien las rutinas, necesidades y planificar en la medida de lo posible las necesidades de los pacientes. Además, esto nos servirá para evitar sustos innecesarios.
Habilidades sociales
Además de saber tratar a los mayores y personas dependientes, es fundamental tener el mejor trato con el resto de la familia, ya que facilitará muchísimo la relación del cuidador con sus pacientes. La simpatía, paciencia y la sobre todo la habilidad de tener mano izquierda, serán fundamentales.
Fortaleza
Un buen cuidador debe tener fortaleza física y mental, ya que cuidar a un mayor/discapacitado/dependiente siempre exige dar lo mejor de nosotros mismos en el aspecto físico y también en el mental, pues surgirán sentimientos de malestar, miedo o soledad que no nos pueden hacer flaquear.
Aceptación
Los cuidadores deben dejar de lado cualquier sentimiento de frustración, de impotencia, de enfado o de angustia que inevitablemente surgen al cuidar de personas dependientes, y ubicarlos en el lado de la aceptación. Solo con la práctica será posible que la aceptación salga fortalecida y el cuidado de la persona dependiente se ejerza correctamente.
Generosidad
Ser generosos es fundamental cuando cuidamos a una persona, ya que creando un ambiente de generosidad alrededor de la persona cuidada y su familia, otorga al cuidador confianza, serenidad y normalidad ante las decisiones que se adopten a la hora de cuidar a la persona dependiente.
Paciencia
Cuidar a una persona dependiente es una carrera de fondo, que requiere de constancia y paciencia, pues el cuidador se enfrenta a una situación dura en ocasiones y perdurable en el tiempo. Por eso el interés, el cariño y las ganas de seguir adelante, unido a una inagotable paciencia, son las herramientas que todo buen cuidador debe tener.
Responsabilidad y superación
Tener bajo nuestro cuidado a una persona, ya sea mayor, dependiente o por el motivo que sea, siempre conlleva una gran responsabilidad, pues estamos al cuidado de una vida, que necesita de otra persona para desempeñar varias o todas las tareas que una persona no dependiente realiza por sí misma Por eso ser responsables y superarse todos los días un poco más, convierte a los cuidadores en grandes cuidadores.
Saber pedir ayuda y buscar tiempo
Los cuidadores al fin y al cabo son personas, y como tales, también necesitan su tiempo para ellos mismos, y también se pueden ver desbordados por las situaciones que viven con las personas a su cargo. Por eso, como cuidadores es muy importante cuidarse física y mentalmente: hacer deporte, buscar tiempo para leer, ir al cine, disfrutar de amigos y familia, pedir ayuda y consejos a otros profesionales o amigos… en definitiva, desconectar para volver con más ganas a cuidar y proteger una vida que lo necesita.
Nuestros cuidadores profesionales, además de poseer todas estas características, realizan medicina general, análisis clínicos, fisioterapia y enfermería a domicilio. Porque cuidar de la salud de los que más nos importa no tiene barrera para Gomermedi.