A lo largo de la historia, es mucho lo que se estudió acerca de la importancia de la relación entre el médico y el paciente.
Existen diversas teorías que intentan establecer la posición que le toca a cada parte en este vínculo, pero absolutamente todas concluyen en la importancia de este encuentro entre dos personas en situación desigual, una con el conocimiento y capacidad de asistir, cuidar y curar, y la otra en busca de mejorar su estado de salud. Si esta relación humana y social falla, si ambas partes no llegan a un acuerdo en común, es muy posible que el profesional pierda con su paciente la capacidad de ayuda, y que el enfermo pierda a su vez la oportunidad de ser curado. Por ende, falla el acto médico en forma integral.
Cuando se habla de la relación médico paciente, en forma rápida se nos representa la imagen del médico y el paciente que acude a su consultorio, o tal vez la escena del médico que asiste al enfermo en una habitación de internación de un hospital o sanatorio.
Esta imagen se completa en general con la presencia de la familia del paciente, o de sus seres más queridos, que lo acompañan.
Pero sin embargo, existen otros ámbitos posibles, y otras circunstancias, en los cuales se establece una relación entre el médico y el paciente.
Quizás una de las modalidades más particulares en las que se genera esta relación sea cuando el paciente solicita la atención médica fuera de cualquier ámbito médico, por ejemplo en su lugar de trabajo, en un área de esparcimiento, la vía pública, o en su propio domicilio.
Enfocando a este último punto, es un hecho que la asistencia médica a domicilio es una modalidad de prestación cuya demanda se ha ido incrementando en forma sostenida durante los últimos años, y todo apunta a que esta tendencia se afianzará y profundizará cada vez más en el futuro.
Casi en contraposición con el concepto del médico de cabecera, se encuentra el del médico de urgencia a domicilio. Por un lado, el médico de cabecera es el que conoce con detalle la historia del paciente en forma lineal, lo acompaña y dirige a lo largo del tiempo. En el otro extremo, está la relación transitoria y fugaz que establece el médico que asiste al paciente a domicilio, requerido por una situación o problema puntual en la salud.
Si convenimos que el paciente que pide asistencia médica a domicilio es aquel que tiene cualquier tipo de impedimento para dirigirse por sus propios medios a un centro asistencial, nos encontraremos seguramente ante una persona y entorno familiar con una demanda y expectativa de atención particulares, en relación al paciente que puede dirigirse a una guardia o consultorio de demanda espontánea.
Tenemos entonces un conjunto de características a las cuales el profesional que brinda asistencia de urgencia en domicilio deberá enfrentarse y adaptarse, ya que formarán parte del desarrollo de este tipo especial de relación médico paciente. El profesional debe llegar a conocer al paciente, a su dolencia, y a un entorno con alto nivel de tensión y expectativa, de una manera ágil y rápida, para brindar una solución, todo en un ambiente que no es el hospitalario.
La relación médico paciente no debe ser asumida entonces por los médicos de urgencia a domicilio como un detalle menor o accesorio en la atención, ni tampoco se debe menospreciar el valor del vínculo, malinterpretando que la relación médico paciente que se pueda lograr depende en forma directamente proporcional de la duración de la asistencia en domicilio.
Por el contrario, una visita domiciliaria más o menos efímera, debería dar por resultado una relación médico paciente con características especiales, pero a la vez, sólida.
En el caso de AsistenciaMedicaEnCasa.com. es esencial que tanto su plantel de médicos, como también los paramédicos, sean conscientes de la trascendencia del vínculo que entablan con todos pacientes, de manera que la calidad en la atención médica y la calidez del trato humano y contención brindados, estén a la misma altura, en sus estándares más elevados.
AsistenciaMedicaEnCasa.com pone el mayor énfasis en detalles como el saludos amable, el trato cordial y respetuoso, la comprensión y contención de la angustia del paciente y su entorno como partes integrales de la atención de la urgencia a domicilio, y a modo de conclusión, orienta sus recursos para lograr la humanización del acto médico.